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RIP Tomás Eloy Martinez

domingo, 31 de enero de 2010

en mi colegio leí Santa Evita, gran novela de este autor que me ayudo a entender un poco mas la realidad del país en el que nos toca vivir...

Te recomiendo que la leas, hoy se fue este gran tipo y parece que fue porque no quiso llegar a ver el bicentenario.



"En mayo de 1910 la Argentina celebró el primer centenario de su emancipación de la Corona española.

Pocos meses después, el adolescente Juan Domingo Perón fue llevado por su abuela paterna al Colegio Militar de la ciudad de San Martín, donde estudió amparado por una beca de misericordia. Venía de un hogar inestable, errante, y en el colegio descubrió el único modelo de familia que conoció en la vida. Se dijo que si aquello era bueno para él, también debía ser bueno para el país.

Con esa escena empieza el siglo XX en la Argentina.

Tres décadas más tarde, cuando alcanzó el poder, Perón puso en práctica las lecciones de disciplina y orden que había aprendido en la milicia. Organizó el país en torno a la figura de un líder fuerte, carismático, cuya palabra era ley. Si bien esos dictámenes dependían de la aprobación de instituciones formales como las dos cámaras del Parlamento y las cortes de justicia, las instituciones respondían por lo general a los designios del líder.

A ese modelo jerárquico y autoritario pueden atribuirse las alternancias civiles y militares que se sucedieron a partir de 1955 y que cerraron el camino a todos los proyectos de desarrollo.

Desde entonces la Argentina se convirtió en un campo de batalla entre facciones que se disputaban fragmentos de poder y que obedecían, todas ellas, a diferentes caudillos únicos intolerantes con las ideas de los otros. Cada uno de esos caudillos, a su turno, fue debilitando las instituciones, estimulando formas de corrupción cada vez más sofisticadas y más sometidas a la voluntad de quien estuviera al mando.

El peronismo domina la política argentina aun desde antes de que Perón regresara de su exilio en Madrid en 1973. Con el paréntesis de las dictaduras militares —que trataron, en vano, de aniquilarlo— se ha mantenido en el poder de una manera u otra hasta hoy y es posible que siga prevaleciendo durante otras dos o tres generaciones.

Nadie, sin embargo, sabe con certeza qué es el peronismo. Y porque nadie sabe qué es, el peronismo expresa el país a la perfección. Cuando un peronismo cae, por corrupción, por fracaso o por mero desgaste, otro peronismo se levanta y dice: “Aquello era una impostura. Este que llega ahora es el peronismo verdadero”.

La esperanza del peronismo verdadero que vendrá está viva en la Argentina desde hace décadas, como si se tratara de un imposible Mesías que iluminará el fin de los tiempos, cuando el país recuperará la grandeza de una vez para siempre.

La Argentina, así, se ha ido tornando impredecible, un enigma ante el que se estrellan todas las respuestas. ¿Cómo imaginar el futuro inmediato, la celebración del segundo centenario de la independencia entre las brumas de un país a la deriva? Las instituciones siguen inestables. En la Argentina, a diferencia de lo que sucede en Chile y Brasil, cuando un gobierno sustituye a otro, los técnicos y los cuadros medios del gobierno que se va son desalojados y reemplazados por otros funcionarios.

El seleccionado argentino de fútbol es una eficaz metáfora del país. Algunos de sus jugadores se cuentan entre los mejores del mundo y los clubes europeos pagan fortunas para tenerlos en sus planteles. En Europa deslumbran, pero en la Argentina fracasan. Se pasean desorientados por los campos de juego, después de que demasiados entrenadores les han dado directivas opuestas.

La grandeza está en la imaginación de todos. Nadie parece resignarse a los límites de la realidad.

También el periodismo pierde la calma. Si el gobierno se crispa, si los humores se enardecen, el periodismo lo imita: Se divide en facciones efervescentes, sordas a las razones de los bandos opuestos. El periodismo debería releerse a sí mismo. Muchos de los intereses y principios que defiende y predica hoy son inversos a los que defendía ayer.

A partir de lo que aparece ahora en la superficie de los hechos se vislumbra la silueta de un futuro más bien opaco, que en nada se asemeja al del primer centenario.

En toda la despoblada extensión de la Argentina se oyen tambores de guerra. La batalla por conservar el poder o por arrebatarlo es a vida o muerte. Sindicatos adictos al gobierno contra sindicatos adversarios; piquetes contra piquetes.

La justicia se mueve a paso lento, tratando de proteger las instituciones. Gracias a la justicia, el mejor legado del gobierno Kirchner no se ha perdido en el polvo de las reyertas. Los imperdonables crímenes de la dictadura, los robos de recién nacidos en cautiverio, las torturas despiadadas, los vuelos de avión con prisioneros a los que se arrojaba vivos en el océano y en el río de la Plata, no van a quedar ya sin condena y sin memoria.

Que se haya recuperado la dignidad vuelve aún menos explicable que la educación agonice degradada en sótanos de negligencia que medio siglo atrás parecían imposibles. La influencia de la Iglesia, que ha sido siempre un poderoso factor de regresión e intolerancia, no cesa de crecer. La prédica de los últimos tiempos trata de llamar la atención sobre el escándalo de la pobreza, pero no recuerda que por la pobreza mueren cientos de madres adolescentes en abortos clandestinos y que la mortalidad infantil supera.

Mucha de la infelicidad argentina nace de una lección que la realidad siempre contradice. A los niños se les enseña en las escuelas que son hijos de un país grande acechado por desgracias de las que no es responsable. Nunca le será fácil alcanzar la dicha a un país que cree tener menos de lo que merece y que desde hace décadas imagina que es más de lo que es.

Siempre se creyó que la Argentina estaba en un sitio distinto del que le habían adjudicado la geografía, el azar o la historia. Pero nunca hubo tanto divorcio entre la realidad y los deseos como en estos últimos seis años.

Ya en 1810 una de las obsesiones argentinas era alcanzar la grandeza. Lo que ahora obsesiona al país es el miedo a la pequeñez."

*Novelista y periodista argentino.

  • Tomas Eloy Martínez



de: elespectador.com

jueves, 28 de enero de 2010

La vida es como la espuma... Por eso hay que darse como el mar



El por que

miércoles, 27 de enero de 2010

Escribo porque mientras viajo por la vida, trato de entender las olas y el mar que nos rodea


paddy

jueves, 21 de enero de 2010




Come and open up your folding chair next to me...

Now i’ve been sitting on this abandoned beach for years
Waiting for the salty water to cover up my ears
But every time the tide come in to take me home
I get scared, and I’m sitting here alone
Dreaming of the dolphin song…

Maybe one day you will understand
I don’t want nothing from you but to sweetly hold your hand
Till that day just please don’t be so down
Don’t make frowns, you silly clown

Just come and open up your folding chair next to me

Fuerza de voluntad y apoyo plus

Volví a fumar... Como un gil!
Confio aun en mi nueva voluntad que no se sirve ni entiende de fechas para ser activada. Siente que puede contra mucho..



A parte cuento con el apoyo de alguien que esperaba y que me dijo que se le iba a escapar un "te quiero".

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realización personal

miércoles, 20 de enero de 2010

Hace unos dias estaba en necochea y pensaba en que mi vida esta bastante realizada, cosa que me asustó.

Me di cuenta cuando me puse a charlar con gente nueva; a la tipica pregunta de qué hacia de mi vida, respondi cual hombre en vias de desarrollo:
-Durante el año estudio RRPP, trabajo en un hostel y estoy de vacaciones por un mes, arranco bellas artes en febrero, estoy muy contento con alguien y me mudo porque mi casa se viene abajo...
Qué mas me queda por hacer?

Ahora caigo de que mi vida tambien se viene abajo cada vez que me doy cuenta de que estoy bastante realizado...

Esta vez es distinta.
No me quiero quedar con las dos oraciones que resumen mi vida en desarrollo, porque seria pasar a estar en subdesarrollo...
Voy a buscarle la vuelta, a encontrarle el gusto a terminar las cosas que empiezo.

Sabés qué? me pasa eso, me aburro cuando sé que las cosas que me gustan se estan por realizar, cuando veo la puerta de salida pero todavia no llegué...

me aburro o me asusto?

cadena de favores

martes, 19 de enero de 2010


Arranque este blog con mucha emoción, hoy ya le perdí bastante el miedo a escribir, pero me quedo con la situacion de que no tengo followers.
Escribo y hasta ahi llega mi deseo por el blog, no tengo followers porque no firmo a nadie, leo muchos blogs pero no dejo marca...
En uno de ellos leí que la regularidad en los bloggeos es una de las mejores herramientas para tener uno bueno. también leí que un blog es lo que uno hace de él, como en twitter.

También pienso, para que te serviría leer esto? sí no es mas que una reafirmación de mí. Y no te suma!

creo que puedo reorientarlo aún, je.

Es que estoy con ganas de escribir y pensaba dejar un archivo, dejarlo como borrador para cuando no supiera qué escribir... pero voy a postearlo.
No voy a borrar este blog y empezar otro, sería una boludez de mi parte que no puedan leer mis lineas de pensamiento.

Lo fascinante del mundo blogger es conocer otros puntos de vista, es aprender de gente de la cual no sabes ni cual es su nivel de educación, pero aún así te llegan, te hacen reir, llorar, asombrarte, alegrarte... conectarte con el X que hay creando del otro lado.

Desde hoy me dispongo a escribir y firmar. Me comprometo a firmarte y que puedas contar con mi punto de vista, así como yo quiero saber el tuyo...
Es una especie de cadena de favores, verdad?